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Santos, la paz y su conexión Noruega. Por: María Fernanda Cabal

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Acaba de llevarse a cabo en Bogotá la Décimosexta Conferencia Mundial de Premios Nobel de la Paz.  Este no es un tema exclusivo de la actual coyuntura colombiana, sino un fenómeno que se viene tratando a nivel mundial desde finales de los años 1950. La paz  y el estudio sobre ella, ha tomado un impulso acelerado, un gran boom que podríamos medir por la proliferación de  programas e instituciones creadas en el mundo para ello. Aquí en Colombia, y bajo el gobierno de Santos, se acaba de constituir el más reciente de dichos programas.maria-fda-cabal-columna

Vale la pena detenerse entonces en lo que hay detrás de esta paz y en su principal instrumento de propaganda a escala global: el Premio Nobel.

Lo primero que debemos tomar en consideración es que el fundador de los estudios sobre la paz es el sociólogo noruego de inspiración marxista Johan Galtung, fundador de PRIO, Peace Research Institute de Oslo, primer instituto de investigación sobre la paz en el mundo. PRIO detenta uno de los cinco puestos del Comité Noruego que otorga el Premio Nobel de Paz, teniendo un peso considerable en la decisión de concesión de dicho galardón.

La teoría de Galtung sobre la paz es un amasijo de principios positivistas y marxistas adobado, en los últimos años, con elementos sacados de la filosofía budista y en una perspectiva postmodernista. A Galtung, le gusta  jugar con dualismos como paz positiva y paz negativa y con tríadas, sintetizando gráficamente sus distintos argumentos en triángulos. De Galtung son conceptos como “conflicto interno”, “proceso de paz” y planteamientos como que la única vía para superar el “conflicto” es el diálogo (diálogos de paz).  Para Galtung, el estado de derecho y la justicia punitiva son generadores de violencia, por tanto, es un abolicionista penal que afirma que en aras de la paz, debe imponerse la justicia distributiva como parte de una más amplia justicia social. 

En otras palabras, la estrategia de Galtung para la paz, es “trascender el conflicto” (no resolverlo) e incluye para dicha consecución, elementos tan insidiosos como compartir el poder político con los violentos para hacer de la “paz” un supuesto factor de “gobernabilidad”. 

Galtung niega la intencionalidad política de los actores organizados que generan la violencia como estrategia de poder, convirtiéndose en el aliado perfecto de la subversión política a través de la paz.  Estudiar a Galtung, nos ayuda a entender la perversidad de lo que se está llevando a cabo en Colombia bajo el paraguas del “proceso de paz”, agravado por las intenciones y la catadura moral de quienes lo están ejecutando de manera ilegítima contra la voluntad de la mayoría de los colombianos y el por qué del llamado del gobierno de este país, a la progresía internacional imbuída de las teorías de Galtung para quebrar la resistencia de la sociedad colombiana. No en vano Galtung es considerado un ícono de la nueva izquierda desde los años 1960.

Por todo lo anteriormente expuesto, no es de extrañar que mientras existió la Unión Soviética, Galtung fue un ferviente partidario de ella. Produjo también varios escritos alabando a Mao Tse Tung y ha sido admirador de Fidel Castro y de la tiranía castrista en Cuba. 

A diferencia de otros premios Nobel que son otorgados por Comités e Instituciones suecas de merecido prestigio y cuyas decisiones son estrictamente técnicas, el Nobel de Paz (único con sede en Noruega) es netamente político, pues el Comité que lo otorga es constituido por el Parlamento noruego y está conformado por activistas y políticos, como el delegado de PRIO. 

El ganador del premio es elegido por mayoría simple (3 votos de 5). Del actual Comité Noruego, 4 de los 5 integrantes son abiertamente de izquierda (2 del Partido Laborista, 1 del Partido Progresista y el delegado del instituto fundado por Galtung). La otra integrante es Kaci Kullman Five, del Partido Conservador, quien recibió en su cargo anterior de presidente de la petrolera estatal noruega Statoil, beneficiaria  de las concesiones en Colombia por parte de Juan Manuel Santos. 

Este  izquierdismo del Comité Noruego del Nobel, ha producido ganadores como el argentino Adolfo Pérez Esquivel, activista de teología de la liberación, simpatizante del terrorismo montonero en su país y amigo intimo del cura Javier Giraldo de la ONG “Comisión Intereclecial de justicia y paz”.  Pérez Esquivel fue el nominador de la también galardonada Rigoberta Menchú, quien falsificó su hoja de vida para el proceso de inclusión al Nobel de Paz, así como propuso hace unos años, a Piedad Córdoba. 

Los brasileños no se dejaron meter el gol del Nobel de Paz para Lula.  En Junio de 2015, una delegación de organizaciones de la sociedad civil de ese país sureño, fue hasta Oslo y entregó al Comité Noruego un dossier con todos los delitos y denuncias de corrupción contra Lula da Silva. El Comité Noruego no quiso arriesgarse a tener un Premio Nobel preso por corrupción, aunque un año después, es como si se lo hubiese otorgado de todos modos en cuerpo ajeno. 

Completa razón tuvo el filósofo francés Raymond Aron,cuando afirmó que las teorías de Johan Galtung, no eran más que el punto de llegada soñado por el leninismo.

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