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Santander Aguilar, aspira por una curul de los afrodescendientes en la Cámara de Representantes

Barranquilla, 23 de enero de 2022.- Otro de los aspirantes a ocupar una curul por la circunscripción nacional de los afrodescendientes, es el  empresario ferretero barranquillero por adopción, Santander Aguilar, quien en las elecciones pasadas aspiró a una curul en la Asamblea del Atlántico y se quedó por pocos votos.

La vida política de Santander Aguilar inició desde cuando llegaba a entregar materiales de construcción de la ferretería donde laboraba a los barrios marginados e iniciaba ese contacto con la gente y sus necesidades reviviendo en su memoria todos los trabajos y la precariedad con la que él creció. Mientras estuvo apoyando políticos de la política tradicional, que según dijo nunca respondieron a sus expectativas por lo que decidió iniciar su propio proyecto político.

Es así como se lanza en las elecciones locales a la Asamblea del Atlántico, la primera vez se ahogó, no alcanzó los votos, pero la segunda vez que volvió a aspirar a esa corporación en las elecciones pasadas quedó como diputado pero el supuesto que cobijó a Nicolás Petro lo sacó de la Asamblea, con el estatuto de la oposición.

Quien es Santander Aguilar:

Es un empresario del sector de los ferreteros que inició cargando bultos, desde bien abajo y con bastantes sacrificios trabajando desde los ocho años de edad, desde cuando vivía con sus padres en Fundación Magdalena desde donde vino a abrirse un futuro más promisorio en Barranquilla.

Al llegar a Barranquilla, continuó con su empuje para salir adelante, y empezó a vender “bolita”, “chance”, de ahí paso a trabajar en una ferretería botando escombros, bajando el cemento que llegaba en las mulas de cemento, era a él a quien le tocaba cargar las bolsas de cementos que pesaban el doble de lo que su cuerpo flacucho pesaba, indicó un familiar del candidato.

Dice Aguilar, que en su mente solo abrigaba la idea de salir adelante y aportar en casa para la alimentación. En ese duro día a día, no faltaba quienes le ofrecían droga, con el supuesto que aguantará o tuviera más “fuerza” para cargar las bolsas de cemento. Pero él valientemente les decía “tranquilo, hágale usted, yo no necesito eso, solo quiero trabajar, estudiar y salir adelante, Dios me ayuda”.

Es así como trabajando en esa ferretería, al pasar de dos años llegaron un par de paisas que le propusieron aprender a hacer curvas eléctricas. Su habilidad y rendimiento les sorprendió a los jefes quienes estaban muy contentos con él. De ahí lo nombraron vendedor y mensajero, luego pasó a administrador.

En ese tiempo de dificultades continuó avanzando y se dijo “Voy por lo mío”.
Fue así como decidió abrirse camino montando el negoció de las curvas eléctricas con sus hermanos menores, quienes le ayudaban a elaborarlas, él se echaba los bultos al hombro y salía a entregar pedidos, tuvo gran acogida entre las ferreterías, en las construcciones y a partir de ahí arrancó su vida de empresario, montó su propia ferretería, empezó a generar empleos, se volvió a casar haciendo de su familia y de sus hermanos el soporte desde el que hoy día se sostienen.

Ese ímpetu de líder y de luchador es el que lo lleva a aspirar a esa curul tan deseada también por otros candidatos.

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