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Pedir el desarme de la Policía Nacional deja claro que docentes en bachillerato no enseñan mínimas bases, y a esa nueva clase de expertos y opinólogos que los estafaron en su clase de Derecho Constitucional: Ex Magistrada María Patrica Ariza-Velasco

En un país con tanta criminalidad es inaudito

En las redes sociales se lee un mar de propuestas absolutamente salidas del marco constitucional colombiano y sobre todo de las lógicas que corresponden a la razón de ser de una Policía acá o en muchos países democráticos del mundo. Algunos en esa marisma de ideas descabelladas hacen comparaciones y razonamientos que causan hilaridad. Parece ser que los maestros en bachillerato, no enseñan mínimos de Derecho Constitucional obligados, única razón que justifica tanta barrabasada.

La justificación de la misión de la Policía Nacional se halla en la Constitución Política, artículos 216 y 218 y ss, haciendo parte de la Fuerza Pública. En el segundo de los artículos señala:

La Policía Nacional es un cuerpo armado permanente de naturaleza civil, a cargo de la Nación, cuyo fin primordial es el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz.

Es una norma sencilla, fácil de comprender por personas que hayan culminado los estudios de básica secundaria y media. Esa es la esencia por mandato constitucional, porque así lo decidió la Asamblea Nacional Constituyente, pero surge el imperativo categórico de un poco de historia y algunas consideraciones adicionales, para comprender mejor:

1.-El término “Fuerza Pública”, consecuencia de la Revolución francesa, como concreción de «la reunión de las fuerzas de todos los ciudadanos», según lo expresó el Decreto de la Asamblea Nacional Francesa de 6-12 diciembre 1790. Acá un paréntesis válido y trágico, un joven de esos que no ha estudiado y repite lo que le dicen, anotó que los desórdenes de estos días en esta Colombia que duele, podían “equipararse” a la revolución mencionada, aseveración que demuestra ignorancia supina y como dicen por ahí, a nivel de récord “mundial”.

 En la normativa interna, tomando la herencia francesa desde 1858 aparece en textos constitucionales, hasta la hoy vigente, el término complejo Fuerza Pública, siendo la Policía parte de ella.  Además, la institución ha sido reglamentada a través de respectivas leyes, perviviendo, sobreviviendo, pese a los ingentes esfuerzos de desaparecerla, al igual que el resto de integrantes de la Fuerza (Ejército, Armada y Fuerza Aérea), en las conversaciones de la Habana. Pero algo consolidaron al desmejorar desde el 2015 su presupuesto, en otra jugada del tahúr tartufo, que no pierde jugada y que significó bajar el número de su capital humano, al igual que en términos del equipamiento y entrenamiento. El famoso General Naranjo, no tuvo las agallas suficientes para defender su institución en las malhadadas conversaciones enmascaradas de paz. (No temo que me tilden “enemiga de la paz”, porque lo que ocurrió fue una farsa para entronizar la impunidad comprobada, que ha fraccionado hondamente a Colombia).

2.-Acá surgen dos preguntas, para los “expertos”, esa clase nueva de “opinólogos” ¿Cómo pretenden, que la Policía en cumplimiento de la orden constitucional, mantenga las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas?, además ¿Cómo asegurará la misma institución que los habitantes de Colombia convivan en paz? Al estilo gringo respondo con preguntas: ¿Será que entregando un báculo de pastor y un mantra budista resulta suficiente, para mantener en orden un país donde la disciplina es poca, el irrespeto para los derechos y libertades de los demás va in crescendo?  ¿O que esgriman un crucifijo invocando el de “retro satanás”, es la solución?  ¡No olvidemos el laicismo!  ¿o que los vistamos de pantalón corto, se transformen en tropas de boys scouts, hagan campamentos, recojan galletas y visiten ancianatos?

Algunos genios quemaron las dos únicas neuronas que tenían, proponiendo el desarme de la Policía Nacional.

Por favor, monumental carencia de lógica, en un país con tanta criminalidad es inaudito, porque el deporte nacional es eludir las normas de convivencia. Es probable que el exceso de la “dosis personal”, llene de humo la capacidad de razonamiento. Pretenderlo tal cual, es tanto como enviar a un buzo sin tanque de oxígeno al fondo del mar; a un médico cirujano a un quirófano sin bisturí o sin los elementos avanzados de la tecnología; o que un Juez no aplique ni la Constitución ni la Ley.  Bien es cierto que algunos países como Reino Unido, Islandia, Noruega, Nueva Zelanda su Policía patrulla sin armas de fuego, apelando a los armados y entrenados de manera excepcional, para ocasiones extraordinarias, pero no es posible comparar el desarrollo y la disciplina social de sus gentes, que acatan las normas, como parte genética de sus comportamientos. Aun así, con ocasión de sucesos delincuenciales, en los países citados, el clamor aumenta dentro de sus ciudadanos, para armar mejor a toda la Fuerza de Policía sin excepción.

Sorprendió una fotografía de un manifestante con un cartel que dice: “¿Si la violencia no es el camino para exigir justicia, por qué sí lo es para restaurar el orden?” Mal concebido en su totalidad. La justicia no se exige con violencia en una democracia, para ello existen las instancias judiciales correspondientes; distinto es que quienes la administren sean morosos y muy extremada y eventualmente venales, pero el adagio dice “la justicia cojea, pero llega” y también diferente que, los dementes ávidos de poder busquen incendiar al país, fieles a la promesa de que lo harían. Orates quienes siguen a esquizofrénicos.  La segunda parte del escrito del señor maduro de la imagen, denota que es uno de los damnificados por falta de conocimiento de la Constitución Política y por ende ignorante de los deberes constitucionales de la Policía Nacional. Lamentable si, la falta de criterio jurídico en estudiantes de Derecho y abogados, quienes replican la fotografía en redes sociales, sin pensar, sin analizar, pues ello demuestra que los primeros fueron estafados en clase de Derecho Constitucional y a los segundos pongo en duda el origen de su título.

Causó jocosidad también que otro abogado, replicara un meme con la siguiente pregunta: ¿Por qué a diferencia de la Policía Nacional, jamás atacan a bomberos o a la Defensa Civil?. ¡Le regalaron el título! Estas dos instituciones no son de origen constitucional y además sus funciones ni siquiera se equiparán lejanamente, a la naturaleza de las que le competen a la Policía Nacional. Los cuerpos de bomberos son organizaciones voluntarias para la prestación del servicio público de prevención y atención de incendios y calamidades conexas, tal como lo prescribe la Ley 322/96. Por otro lado, la Defensa Civil Colombiana es “la única Entidad de socorro del Estado Colombiano, sin ánimo de lucro, con tres campos de acción: acción social, protección ambiental y gestión del riesgo en desastres”, se nutre también del voluntariado y la reglamenta los Decretos 2341/71, 2078/84 y 919/89. Las misiones y objetivos de las dos instituciones, muy distantes legal y constitucionalmente a las de la Policía Nacional. Hay que leer, dicen por ahí y en “Mister Google” se consigue toda la información gratis y sin excepción.

  1. Por último, una de esas periodistas cuyo nombre no quiero recordar, atacó inmisericordemente por redes sociales en los últimos días a la Policía Nacional, sin distinguir que un error de unos hombres, no pueden generalizarse como propios de toda una institución, echando en saco roto todos los logros a través de los tiempos y los enormes sacrificios de sus hombres y mujeres. Hoy pidió “protección”, pues su “vida estaba en peligro”. ¿De quién demanda esa protección? ¡Coherencia por favor!

Nota: Al alcalde de Bogotá, le gusta el teatro. Armó otra representación callejera el domingo, pero no advirtió a sus utileros fueran un poco más sutiles. Pretendió declarar el walkover, a Duque como si fuera un partido de baloncesto. Además, el señor Harold Ramírez, progenitor de una de las víctimas de los desórdenes se negó asistir, porque el burgomaestre no ha cumplido durante todos estos días el numeral 2 del artículo 315 de la Constitución. De aquí a las antípodas para que la gritona reemplace a Fanny Mikey.

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