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No es el único de izquierda. Por: Ariel Peña

El termino izquierda que se originó en la Revolución Francesa y que ha sido bastante manipulado y manoseado, de acuerdo a los caprichos y conveniencias ideológicas  y políticas, a través de los tiempos, en Colombia también se presta  para confundir a la ciudadanía,  con el sambenito de que  no ha existido durante 212 años de historia republicana un gobierno de izquierda, lo que es  una absoluta falsedad, que venden los sectores comunista   usando diferentes denominaciones, puesto que  no es igual decir que en Colombia no ha habido  un gobierno de izquierda a decir que en  país  no ha existido un régimen comunista, dado que   ser izquierda  no necesariamente significa  ser comunista; en vista de hay que respetar  el origen de los términos izquierda y derecha, pues esa ecuación   no se debería utilizar para satisfacer los   antojos  burocráticos, sin  aceptar antes  el rigor histórico.

Asumiendo  que el futuro gobierno de Gustavo Petro se enmarca dentro de la izquierda, tampoco es menos cierto que  responde a un proyecto político marxista; de modo que  hay que hacer énfasis, acerca de que    en Colombia si han  existido gobiernos de izquierda, comenzando por los primeros presidentes que seguían las enseñanzas de la Revolución Francesa en lo que respecta a los jacobinos, que era un grupo político  que se ubicaba a la izquierda, y así  como sucedió con  los primeros mandatarios de la nación, también  en el  siglo  XlX y XX,  hubo gobernantes de izquierda(tomando como referente a  la Revolución Francesa), lo que pasa con el  electo presidente Gustavo Petro,  es que por ahora se localiza dentro de la izquierda y el comunismo; pero cuando cualquier  gobierno se convierte con el tiempo en una  dictadura, sin importar el signo ideológico, necesariamente se  le caracteriza como de ultraderecha;  nuevamente  enfatizando que lo dicho,   es  de acuerdo a lo que enseñó la Revolución Francesa.

En la historia de Colombia un presidente claramente   de izquierda en el siglo XlX, fue  José María Melo(1800-1860) quien gobernó  del 17 de abril de 1954 al 4  de diciembre de ese mismo año; Melo murió fusilado, en la localidad de Juncana-La trinitaria de Chiapas república de México, por lo que sería bueno, que como homenaje a este importante prócer, en un lugar como la Universidad Nacional de Bogotá, se borrara definitivamente la imagen del  asqueroso  criminal argentino marxista, Che Guevara, quien era un sicópata, que le causó inmenso daño  a los pueblos latinoamericanos con sus aventuras totalitarias, y en su lugar en la plaza principal de la Nacional se debería homenajear al rebelde general Melo nacido en Chaparral-Tolima.

Al general Melo se  le puede considerar como el único presidente indígena de Colombia por su  auténtico origen pijao, quien participó  al lado de Bolívar a los 19 años en varias batallas de la independencia en Colombia y también en otros países de Sudamérica destacándose  en la de Bombona y Pichincha en 1822, y en Junín y Ayacucho que sellaron  la independencia de la región. Melo se destacó por defender a  la Gran Colombia ante las divisiones que se orquestaron desde Bogotá y Caracas.

Un hecho trascendente en la vida del general Melo, fue la cercanía intelectual en su estadía en  Europa a finales de la década de los 30 del siglo XlX con  los pensadores, el español-francés  Louis Blanc escritor del libro  “La Organización del Trabajo” y del  libertario Pierre-Joseph Proudhon quien escribió “¿Qué es la propiedad?” Estos dos intelectuales fueron diametralmente opuestos a la dogmática totalitaria de Karl Marx quien consideraba al Estado como un yugo bienhechor o  látigo sagrado; a Blanc  el padre del comunismo totalitario lo calificó de socialista “utópico”, pues Blanc buscaba  mediante la autogestión libre y creativa el progreso de los trabajadores, y los  enfrentamientos del voluntarioso Marx con Proudhon produjeron más adelante el rompimiento de la Internacional de los trabajadores.

El general Melo también fue admirador del Cristianismo Primitivo, el cual buscaba mediante la solidaridad el bienestar de la comunidad sin tener que intervenir el Estado, por ello fundó en 1841 las Sociedades Democráticas que organizaron a los artesanos, los cuales se movilizaron en  milicias en abril 1854 y pidieron al presidente Obando cerrar el congreso, lo que precipitó la renuncia del mandatario y, las Sociedades Democráticas  que reunían a los draconianos posesionaron como presidente a José María Melo, siendo el octavo mandatario de la Nueva Granada.

Melo fue atacado por Tomas Cipriano de Mosquera, José Hilario López y Joaquín Paris desde diferentes  flancos de la geografía nacional, bajo el mando conjunto del expresidente Pedro Alcántara Herrán, logrando su derrocamiento, haciéndolo prisionero y desterrándolo desde Panamá a Centroamérica, en donde llegó a Costa Rica, cruzando a Nicaragua y allí  combatió  la invasión del aventurero estadounidense  William Walker, después de derrotar al invasor pasó a El Salvador a trabajar como instructor militar, luego se fue como voluntario a la guerra de la reforma en México en donde luchó en defensa  del gobierno de Benito Juárez, ingresando al ejercito fronterizo en Chiapas cerca a Guatemala, cayendo herido en un combate y siendo fusilado por los enemigos del presidente Juárez  en Juncana – La Trinitaria, en donde se le levanto  un monumento.

La propuesta para borrar al Che Guevara y pintar al general Melo, en la plaza principal de la Nacional, se sustenta en que Melo fue seguidor de las ideas liberales basadas en la libertad como condición suprema de la humanidad, mientras que el genocida del Che Guevara era un liberticida que contribuyó a esclavizar al pueblo cubano y pretendía llevar a nuestras naciones mediante el terrorismo marxista leninista a la tiranía, pues no hay que olvidar las palabras del sicópata argentino después de haber asesinado a un prisionero con sus propias manos, en una carta que le escribe a su padre: “ tengo que confesarte papa, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar”.

El Che Guevara también decía: “Debemos andar por el sendero de la liberación incluso si cuesta millones de vidas atómicas” además siendo un criminal que asesinaba a sus víctimas a sangre fría confesaba: “ejecutar al ser humano es algo feo pero ejemplarizante”.  El  Che Guevara fue un homófobo y racista (algo que no es de poca monta), entonces es una vergüenza que  la pintura de semejante engendro se encuentre en un lugar en donde debe brillar la civilidad, porque es un ultraje a la inteligencia  que todavía se admire al sicópata marxista en la Universidad Nacional.

Se ha tratado de borrar  definitivamente la imagen del Che Guevara de la UN, pero por ignorancia o mala fe de algunos miembros del centro docente no se ha podido llevar a cabo esa labor que es  humanista, ya que tener la efigie de semeja sátrapa es igual a admirar a Hitler, Pol Pot o al mismo Pablo Escobar, así que anular el recuerdo del Che Guevara cambiándolo por  una estampa  del general Melo, sería lo más decente con la historia de Colombia. Asimismo la plaza de los artesanos en Bogotá  debería llevar el nombre de José María Melo.

De manera que Gustavo Petro, no va a ser  el primer presidente de izquierda, aunque si es marxista, por lo que si se aferra a  ultranza a la doctrina totalitaria, el país terminará en una  dictadura comunista.

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