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Matoneo Digital parte 2: el Ciberacoso la violación más peligrosa, del derecho a la intimidad. Por: Carrillo Navas

“Si quieres que no te invadan tu intimidad, respeta la ajena como si fuera la propia” LGCN

El 24 de febrero de 2021 en CostaNoticias, advertí claramente los peligros de los grupos de personas dedicados al matoneo digital, la intimidación y Ciberbullyng, consagrados a desprestigiar, difamar, destruir, desacreditar y perseguir a otros por sus opiniones personales, políticas o por el sólo hecho de encasillar a otros en los términos diva o divo, o por ser y pensar distinto.

Pero lo ocurrido con la presentadora Ana Karina Soto, despertó las alertas, no porque ella sea famosa, atractiva o digan que tiene poder o fama, sino al grado de persecución, intromisión y comercialización de su vida personal, para satisfacer los designios más bajos de la condición humana, la intervención y poder de conocer la intimidad de otros. Va más allá del acoso, es una extorsión.

Supera cualquier película o serie de tv, de Hollywood o plataformas digitales, es la mercantilización no autorizada de los derechos humanos más sagrado para mí 1) la vida, 2) la dignidad humana y 3) la intimidad. Siendo lo más delicado, que todas las personas por esencia consideran su hogar su bastión de la seguridad y familiaridad. “La privacidad, la intimidad y la confidencialidad es un lugar al cual son pocos los llamados y reducidos a su mínima expresión los escogidos” LGCN

La gente no entiende la dimensión de lo anterior, porque los mismos medios de comunicación con sus realitys shows, han pervertido este concepto para vender vidas, experimentos sociales para el disfrute del morbo y el entretenimiento, pero dieron alas a lo más macabro, conocer la vida de otros, pero esta vez sin la autorización de sus protagonistas.

Esto ya no se trata de los vecinos chismosos del barrio o de la cuadra o el compañero de trabajo entrometido que su lema “es debo saberlo y conocerlo todo” con el fin de recabar información personal de terceros para utilizarla en su momento para dañar el buen nombre y la honra de los demás o exponerlos públicamente para buscar la vergüenza o el escarnio público. Típico de esas personas resentidas, amargadas, metidas, irrespetuosas, de doble moral. Ahora se trata verdaderas organizaciones criminales, mafiosos de la intimidad dispuestos a vender lo que eres, haces o dejas de hacer para beneficio del morbo.

Una cosa es que una persona de la farándula accede a vender entre comillas parte de su intimidad en realitys o grandes hermanos, su vida personal, con las consecuencias que ello implica, cosa que jamás me ha gustado, ni siquiera esos programas los sintonizo en la TV y otra cosa es que invadan lo que eres, tu esencia, como si tuvieran el derecho a realizarlo. El fin jamás justificará los medios para violar la intimidad, la privacidad y la confidencialidad de otros. LGCN

Habrá personas que dirán el fin justifica los medios al estilo de Maquiavelo, pero son precisamente ellos los que dan patentes de corso, se creen opinadores y faros de la moral, que destruyen vidas, desde la mujer o hombre celoso, posesivo o controlador que instala programas para el seguimiento su pareja, hasta que instala micrófonos en su lugares de trabajo para espiar a sus empleados, o lo que hace google y redes sociales con sus algoritmos para espiar a los usuarios, ya como lo decía Edward Snowden en su libro “Vigilancia Permanente” con la excusa de dizque perseguir al terrorismo invadamos la esfera privada de todos los demás.

La pregunta que surge ¿es quién está apto para dentro de su moralidad y ética, vigilar, catalogar y debelar la información de otros? ¿quién tiene la calidad moral para señalar lo bueno, lo malo, que es lo justo y correcto? La respuesta es nadie.

A muchos se les olvida que levantar falsos testimonios en redes, replicar falsas noticias, esparcir información sin verificar sobre personas, acusar a un individuo de cometer delitos, de ser estafador o inmoral sin pruebas es una infracción a la ley especialmente el buen nombre y la honra, es más amenazarlo por ejercer su libertad de expresión, opinión y pensamiento, tergiversar los hechos y venderlos como veraces incumple la ley, pero también olvidan que así como personas les agrada destruir la vida de otros; se están organizando personas para perseguir a estos matoneadores o ciberacosadores y no precisamente para llevarlos ante la justicia, sino para exterminarlos, porque se dieron cuenta que la leyes aún permiten la impunidad. Organizaciones como “el frente” “los jueces” o “Roanoke” están haciendo lo que las leyes no pueden o no quieren contra ciberacosadores por el precio adecuado.

La intimidad, la privacidad y confidencialidad hacen parte de un conjunto de la esencia humana, no a ser molestado en tu vida, personal e íntima, no ser juzgado por lo que eres o hagas dentro de tu esfera interna, más cuando la misma no perjudica a nadie. Cuando vi a varias personas aplaudiendo lo que ocurrió a la presentadora Ana Karina Soto, sea por rencor, resentimiento, envidia, le recordaron un incidente de hace unos años de una infidelidad. Pregunto ¿y eso qué tiene ver.? O será que ellos tienen mayor o mejor calidad moral para ser jueces, son tan perfectos que jamás han cometido errores, demoliendo la posibilidad que la gente cambie o tenga una segunda oportunidad en la vida. ¡hipócritas es lo que son! Se aterran más de eso que de la impunidad brindada a las Farc o el asesinato de Hildebrando Rivera por un grupo embera minga.

Pregunto ¿Quién les dio el derecho a jugar a ser juez, jurado y verdugo en la vida personal de los demás? Respuesta nadie, y no es por defenderla, es que no pensaron en sus esposas, hijas, madres y hermanas, porque a las mujeres les encanta colocarlas ante la picota pública como lo peor, la gente disfruta de ello como el nuevo circo romano ¿y si fuera alguno de ustedes? “A veces es mejor tener una identidad desconocida que una intimidad invadida.” LGCN

Es que no existe un matoneo, ciberacoso bueno o malo, no significa que si yo persigo a otros esté bien, porque soy yo, pero eso sí, se sienten perseguidos o se inventan persecuciones y ahí sí llaman a sus huestes para defenderse de supuestos matoneadores, otra gran hipocresía, olvidamos fácilmente la frase “vivir y dejar vivir” por satisfacer nuestro morbo, nuestros bajos deseos.

La conclusión es perentoria “no hagas a otros, lo que no quieres que te hagan a ti” la intimidad es un derecho sagrado y quien la invade, es igual a un criminal que asesinó, o un corrupto que robó, o el que plagió las ideas de otros, o el violador y reclutador de niños y niñas que gracias a la Paz de Santos quedó impune.

 

 

 

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