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Lo que le debemos a la provincia… es todo. Por: Luis Gabriel Carrillo Navas

“Lo que hace a la humanidad única, es que somos unidos porque somos diferentes” LGCN

Al iniciar este artículo surgieron muchas preguntas ¿Qué es la provincia? ¿Qué es ser provinciano? ¿Cuáles son las cualidades de ser provinciano?, y fue mi experiencia, vivencias y tener familia de provincia la que me brindó muchas respuestas, esas que muchos en las grandes ciudades, que, viviendo del estrés, los ajetreos y afanes han olvidado, “El orgullo de ser provinciano”.

La provincia es más que una división administrativa, de 32 departamentos, varios distritos, miles de corregimientos, municipios y veredas; es el agradecimiento, el reconocimiento y las oportunidades, que han forjado naciones, es la cuota de sacrificio que muchos citadinos dejan de lado fácilmente al encontrarlo todo en el supermercado, al tener agua de la llave, luz para sus casas e internet para sus redes sociales.

Una de las ventajas de haber estudiado y ser egresado de una Universidad Pública, es que conocí y compartí con gente de todo el país, de todas las tendencias políticas y credos, “la Nacional es un reflejo de lo que es Colombia, como tomar una muestra de su gente.” Pero el precio que se paga no sólo allí sino en los que estudian en la privada es alto, mucha gente de provincia no regresa a sus orígenes, los campos se están quedando solos, ya no existe transferencia generacional, prefieren el éxodo para dizque para buscar “mejores oportunidades” en la ciudad.

En mis venas corre sangre santandereana, boyacense, afro, judía, árabe y hasta venezolana de familia lejana, soy un mestizo y estoy orgulloso de serlo, eso me hace un pura sangre a la colombiana, (notarán la ironía) así mi educación y genética me enseñaron a amar y respetar mi provincia. Cualquiera que venga de afuera de Bogotá, dejó más huella que el más citadino de la selva de cemento, que llaman con cariño “la Nevera”.

Lo que debemos a la provincia, no se limita a dejar presidentes, somos una misma raza, con aristas diferentes pero una sola nación, aunque a veces por el folclorismo parece que tuviéramos solamente en común la camiseta de la selección de fútbol de Colombia.

“Ser provinciano no es una ofensa, es un honor” no hay que menospreciar al campesino, porque te está salvando del hambre en medio de la pandemia, y quienes como nadie han tenido un papel crucial en nuestra supervivencia; no es subestimar al fuerano, sí, ese que cuando vienes del interior te hace sentir su casa como propia, y eres más que un simple invitado; no es pueblerino como algunos gomelos denigran, porque a ellos a diferencia tuya no les regalaron nada, y trabajan de sol a sol, sin tener que mendigarle a nadie, menos ser hijo de papi o mami.

La gente de provincia, valora como el oro más que nadie unos buenos días, unas buenas tardes y unas buenas noches, saca músculo escudriñando montañas, cuidando animales o cultivando la tierra y ellos se les aplica mejor que nadie “el trabajo dignifica al hombre”, es gente que si no sabes algo de la naturaleza te enseña, son más orgullosos de su bandera provincial, pero más del amarillo, azul y el rojo que cambiaron mi pensamiento que Colombia debe de dejar ser tan centralista y más federal. La provincia es más que 1.103 municipios al 2021.

A la provincia le debemos mucho más de lo que los medios de comunicación se atreven a decir, el coraje y espíritu paisa, la fuerza y la valentía de huilenses, pastusos y santandereanos que con sólo ellos haríamos el mejor ejército del mundo, el sabor raizal, costeño y pacífico que nos brinda el amor por la cultura y el folclor, llaneros que fueron capaces de tener el arrojo con 14 lanceros en Pantano de Vargas para sellar parte de nuestra independencia, o boyacenses y Wayúu de esencias humanas tan disimiles pero que dejaron de ellos en mi esencia, sin olvidar a los afrocolombianos que fueron los primeros rebeldes contra la tiranía española.

No dejó de lado a mi gente bella, noble, pujante y emprendedora que padece como nunca el olvido de los gobiernos, el Estado, de los políticos que, no importando el color, sólo los recuerdan cuando se avecinan las elecciones. Esa misma provincia que ha padecido el dolor dela guerra, la esclavitud del narcotráfico, el desplazamiento y el reclutamiento forzado incluso desde niños, no hay patriota que no haya perdido alguien, sentido miedo y zozobra de los actores armados, unos en la cárcel y otros impunes legislando, la provincia ha pagado un precio muy alto, y por eso a ellos les debemos todo, y es la esencia de la provincia, la que no debemos olvidar porque eso nos hace verdaderos colombianos.

“En la provincia nadie es foráneo, nadie es extraño, somos iguales, somos hermanos” LGCN

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