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Entrampamiento mental e inversión de valores que dañan a Colombia. Por: Duván Idárraga

Ha suscitado una gran polémica en Colombia el debate que algunos senadores cercanos al grupo narcoterrorista FARC (Don Ivan, El Señor de la Bolsa y Roy Barreras; defensores a ultranza del narco acuerdo Santos – FARC y de la impunidad total a los jefes criminales de esa organización) plantearon frente al proceso penal generado en contra del presunto (hay pruebas para llevarlo a juicio, falta que la Corte de Estados Unidos que lo investiga emita sentencia) narcotraficante alias Jesús Santrich que terminó con una solicitud de extradición por parte de autoridades Federales y que, gracias a un turbio proceso en las cortes colombianas, terminó facilitando la huida del criminal hacia Venezuela donde hoy forma del grupo narco terrorista Nueva Marquetalia (al lado de alias Ivan Márquez y alias El Paisa) con la protección y beneplácito del dictador Maduro.

Es importante aclarar el papel de la Fiscalía colombiana en este caso. Según lo expuesto por estos senadores en su defensa de Santrich, la Fiscalía tiene responsabilidad en lo que ellos denominan el entrampamiento que terminó con su solicitud de extradición por narcotráfico. Recordemos que la investigación de la Fiscalía se originó por denuncias de corrupción con recursos de programas de apoyo a los reinsertados de FARC en las cuales estaba implicado Marlon Marín (sobrino del jefe de narcoterrorista alias Iván Márquez cuyo nombre es Luciano Marín) y por supuesto alias Jesus Santrich. Es decir, el proceso en la Fiscalía cursaba por una investigación relacionada con temas de corrupción de miles de millones de pesos, no por narcotráfico.

Estando en los seguimientos por el caso de corrupción la Fiscalía tuvo conocimiento que la DEA, desde meses atrás, realizaba seguimientos por narcotráfico donde también estaba involucrado alias Jesús Santrich. La DEA documentó la entrega controlada de una cantidad importante de cocaína a un cártel mexicano y el pago de estos de una gruesa suma de dinero en Miami; incluso hay la evidencia que Santrich le envió al jefe del cártel mexicano con el que negociaba, una pintura con dedicatoria escrita por él. Los procesos de entregas controlados de coca y el dinero en pago de la misma, grabaciones en audio y video donde consta las transacciones y en las que participa el propio Santrich, brindaron los elementos legales para solicitar la captura con fines de extradición.

Resulta de un cinismo nivel Santos pretender culpar a las autoridades norteamericanas y colombianas de un entrampamiento para incriminar al bandido Jesús Santrich. Demostrado está que él actuaba de manera libre y espontanea, con intención, con pleno conocimiento del tema, al punto que recibió a los compradores de la droga (agentes encubiertos de la DEA) en su propio apartamento de Bogotá. Por ende, resulta absurdo lo que pretenden los senadores Don Ivan, el Señor de la Bolsa y Roy Barreras de librar de culpa a Santrich y presentarlo como una inocente víctima del entrampamiento.

En mi concepto, este caso complementa lo que se viene dando en Colombia desde hace varios años; un entrampamiento mental y la inversión de valores: A muchos colombianos, en especial los más jóvenes, se les volvió costumbre defender la honra de los peores criminales como los jefes narcoterroristas FARC (condenados por todo tipo de crímenes de lesa humanidad) y considerarlos modelos a seguir; olvidan que cometieron miles de crímenes y que fueron condenados a cientos de años de prisión. Hoy, gracias al narco acuerdo y a su creación la JEP, están impunes, sin pagar un solo día de cárcel, sin pedir perdón y sin reparar a sus victimas; nada de ello importa. Igual sucede con el caso del joven Dilian, víctima de un terrible accidente en medio de los actos vandálicos en los que participaba encapuchado y de manera violenta, que le ocasionó su muerte. Gracias a la izquierda a medios de comunicación y “periodistas” afines a la izquierda lo elevaron a la categoría de un héroe inocente, olvidando su pasado delictivo y su actuar violento; por supuesto, no debió morir.

Las cosas son como son: Santrich negociaba drogas, fue capturado y debió ser extraditado, no es una inocente víctima; con la ayuda de las cortes se voló y está en la Nueva Marquetalia que amenaza a Colombia. Dilian fue un vándalo, jamás debió morir en ese accidente, pero no es ningún héroe. Los jefes FARC son asesinos, narcoterroristas, reclutadores de menores, responsables de crímenes de lesa humanidad; no son prohombres, deberían estar en la cárcel. El entrampamiento mental y la inversión de valores distorsiona la realidad de lo que sucede en Colombia.

EL COLMO 1: El criminal alias Jesus Santrich, fuertemente armado, sale en video agradeciendo la defensa que de él hacen Don Ivan, el Señor de la Bolsa y Roy. NO HAY DERECHO.

EL COLMO 2: Se cumplieron 4 años de la firma del narco acuerdo Santos FARC; como dijo el General Mora, las FARC obtuvieron mucho más de lo que siempre buscaron a cambio literalmente de nada, porque se comprometieron a 3 o 4 cosas insignificantes; quien diga lo contrario no leyó el documentoNO HAY DERECHO.

 

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