AGRONOTAS, COLUMNISTAS

*Practico en Desarrollo Rural y Agropecuario.

El Sector Agropecuario es estratégico para el desarrollo de cualquier sociedad, de él depende la Seguridad Alimentaria de la Nación y el Empleo Rural, que le  genera y lo jalona, de ahí se desprende la necesidad de dirección, impulso y protección que sobre éste debe  verter el aparato Estatal con toda la institucionalidad.

El gobierno Duque ha desarrollado como instrumento bandera de recuperación del Sector Rural Agropecuario la “Agricultura Por Contrato”, persiguiendo la reducción de costos de intermediación mediante acuerdos de compra/venta anticipados entre los Empresarios del Campo y  Compradores de materias primas o productos transformados.

La estrategia adolece de mecanismos expeditos que indiquen o señalen de manera cierta los Precios de Venta a Futuro de bienes del Sector Agropecuario, con ellos los Empresarios del Campo y Compradores puedan conocer de antemano más o menos cierta  la rentabilidad de su inversión.

Dos Instituciones se hacen necesarias para dinamizarla, La Fijación de :

1. A) Precios de Referencia a Futuro, y
2. B) Costos de Los Insumos, Agroquímicos y Fertilizantes Básicos, en bienes de consumo alimentario, sean perecederos o no, con ello se podrían calcular los costos de producción que al cruzarlo con los de referencia dan una proyección medianamente cierta de las utilidades de negocios agropecuarios.

No es novedad, el extinto “IDEMA, hasta 1991, era el encargado de fijar los precios de sustentación, es decir, el valor mínimo al cual se debían pagar las cosechas nacionales, garantizándole a los agricultores la recuperación de la totalidad de los costos de producción. Con la llegada de la apertura, el IDEMA perdió el monopolio de las importaciones y los precios de sustentación pasaron a ser de garantía”; la falla estuvo en la falta de control de los costos de insumos y fertilizantes para la producción agropecuaria y dientes o mecanismos  administrativos para imponer los precios de Garantía.

El mecanismo fijaría mediante la intervención indirecta del Estado, la instrumentación de control de precios efectivos que vayan acordes con los precios en el mercado nacional e internacional, no se trata de imponer al Estado como un jugador directo, material en las negociaciones  de compra/venta, menos aún mantener una función de monopolio en la importación de bienes no perecederos (Granos y Cereales), la intervención se debe desplegar  por la institucionalidad mediante controles de las operaciones de mercado y la imposición de sanciones efectivas, probadas ante las instancias administrativas por los procedimientos que de antemano se fijen, para que  no sea un remedo de control como se ha hecho en los últimos días con los precios del arroz.

No es desempolvar al extinto IDEMA, es la retoma de ciertas funciones, afinarlas, para evitar la especulación  y apoyar la comercialización anticipada  de la producción agropecuaria, regulación de precios amplia  que permita la intervención para garantizar la Seguridad Alimentaria, el Empleo Rural de Calidad e Ingresos suficientes que garantice la estabilidad económica de quienes apuestan a la producción agropecuaria para salir de la economía de mera subsistencia que no han podido superar.

El control de costos de Insumos y Agroquímicos se puede lograr acudiendo a mecanismos de producción nacional, con patentes liberadas o regalías por utilización o estabilización de precios producción; con la utilización de subsidios o incentivos a la producción nacional como lo hacen la gran mayoría de países desarrollados con quienes tenemos  TLCs, cuya finalidad es protección al Sector Agropecuario, para quienes es estratégico en su subsistencia como Nación, República y Estado. Esto traerá generación de nuevos empleos junto al desarrollo tecnológico y biotecnológico para el sector.

De la mano con los precios de referencia e insumos agrícolas y pecuarios para la producción agropecuaria se fortalecerá el Sistema de Información de Precios del Sector Agropecuario, recogiendo información de calidad que servirá de instrumento de regulación de precios de productos de origen rural apoyado en la Red Nacional de Centrales de Abastos que redundaría en un control efectivo de movimientos de mercados.

Con esta propuesta lograríamos dinamización de las cadenas productivas rurales, haciendo posible sobrepasar la mera producción de materias primas, generando la posibilidad que a través de la Integración vertical de los eslabones de la cadena; e integrar a los Empresarios del Campo en el Negocio Agropecuario o No Agropecuario, entendido este como un todo, desde la precosecha hasta la mesa de los consumidores pasando por todas las operaciones de transformación de lo producido en la ruralidad.