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Cuando José Obdulio pierde los estribos. Por: Eduardo Mackenzie

La violenta diatriba lanzada por José Obdulio Gaviria en la revista Semana (1) contra la precandidata María Fernanda Cabal parece ser la revancha un poco desesperada del grupo que apoya al ex ministro Oscar Iván Zuluaga ante los mediocres resultados de éste en los debates del Centro Democrático.

José Obdulio hace votos por el triunfo de una candidatura como la de OIZ, que él describe como “sólida y más afín a la línea de comportamiento del gobierno de Iván Duque”.  Obviamente, querer eso es discutible, asombroso, pero, al fin y al cabo, legítimo. José Obdulio tiene todo el derecho a pensar así. Lo que es inadmisible es que pretenda defender esa posición mediante insultos y mentiras contra otra precandidata y contra el mismo expresidente Álvaro Uribe.

En lugar de criticar seriamente los postulados de la senadora María Fernanda Cabal,  José Obdulio opta por el divisionismo. El trata de abrir una brecha entre la brillante precandidata y el Centro Democrático. Ese método recuerda las marrullas de los partidos maoístas. José Obdulio gesticula ante Semana que la senadora es una “rueda libre” que es “escéptica frente a la bancada y no participa muy activamente en el debate interno”.

Lo que ocurre, en realidad, es lo contrario. Pocos aportan tanto al debate político nacional como María Fernanda Cabal. Y no solo ahora. En esta fase de la campaña ella dice lo que nadie se atreve a decir. Ella propone restablecer la doctrina de la seguridad democrática para restaurar la autoridad del Estado y  luchar con éxito contra la subversión narco-comunista, contra los narco-carteles y el crimen organizado. Ella habla con claridad incomparable de ponerle fin a los usurpadores judiciales y a la dictadura de los jueces. No se cansa de preconizar el respaldo real del Estado y de la sociedad a las fuerzas militares y de policía, lo que incluye la efectiva protección jurídica, judicial y técnica de sus combatientes, hoy y mañana, sobre todo contra los montajes judiciales subversivos y la propaganda tóxica. Ella habla de la preeminencia de la Constitución colombiana sobre el derecho de tribunales extranjeros.

La precandidata Cabal sacó el verdadero balance de la violenta ofensiva armada de 50 días al final del año pasado, organizada por la trinca diabólica Petro/Farc/Eln, que trató de sitiar las ciudades y apoderarse del eje Cali-Buenaventura para estrangular la economía del país.

¿Cuál es el problema de José Obdulio con la senadora Cabal?  Es uno: que él sabe que la precandidata es la verdadera, si no la única, alternativa que tiene Colombia, por su programa y determinación, para sacar al país del clima de resignación y de acatamiento del gobierno Duque ante el plan depredador de Santos/Farc, y de impunidad para las FARC, del llamado “acuerdo final”.  OIZ, en cambio, propone cumplirle a las FARC y continuar dándole a ese pacto infame un valor constitucional.

El ex senador Gaviria le reprocha a la senadora Cabal sus críticas a la actitud negligente de algunos de la bancada parlamentaria uribista en la defensa del expresidente Uribe cuando las intrigas del bloque fariano lograron, con la complicidad de jueces progresistas, su detención domiciliaria.

Lo que le choca a José Obdulio es la atinada línea de María Fernanda Cabal, de “mano dura y sin dilaciones”, su compromiso democrático, soberanista y social. José Obdulio podría juzgar y hasta criticar esa orientación sin esconderse detrás del fácil recurso de la baja querella y de las acusaciones infundadas.

Esas gesticulaciones son un poco tardías. Las bases uribistas están movilizadas para impedir que la línea de la candidatura presidencial del CD, y de una amplia coalición de derecha, sea una copia o la continuación de la línea centrista que aplicó el gobierno de Iván Duque.

José Obdulio dice que el expresidente Uribe “está totalmente preso” por un proceso “que es evidentemente una pantomima”. Que Petro y sus comparsas van a mantener a Uribe “completamente distraído”. No creo que el expresidente acepte esa descripción. Ésta amalgama no sólo lo que hacen los adversarios del expresidente sino una presunta actitud de éste ante los desafíos del CD. Si Uribe sigue siendo víctima de jueces progresistas la pregunta que surge es: ¿qué hace Oscar Iván Zuluaga para ayudar al Uribe contra el juicio-pantomima? ¿Acaso Oscar Iván Zuluaga no dirige, desde hace más de un año, un “comité estratégico de defensa” del expresidente? ¿Qué ha logrado ese comité?

José Obdulio tampoco ve el alcance real de la crisis colombiana. El estima que un gobierno vacilante y regido por el acuerdo Santos/Farc sería viable. José Obdulio dice: “Podemos estar viviendo una situación idéntica a Perú”. Error. La situación de Colombia es mucho peor: Perú no tiene fronteras con Venezuela ni está al alcance de los aviones y misiles rusos y chinos de Maduro. Perú no tiene una fuerza criminal de ocupación como las FARC en sus distintas fracciones, ni tiene narco-bandas tipo ELN, cartel del Golfo, etc. Perú no es un paso de tránsito de migrantes cubanos y haitianos hacia Centroamérica como Colombia, ni sufre tan directamente el impacto del éxodo venezolano. Un gobierno de Gustavo Petro, valet del sátrapa Nicolás Maduro, sería mil veces más peligroso que el de Castillo en Perú. Sólo una presidente o un presidente  con un programa de derecha razonable pero enérgico, alérgico a los pactos ambiguos, podrá sacar al país adelante. Lo demás es palabrería hueca.

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