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Considerar un plan de suplementación bovina para el 2020, recomendó Lafaurie

El precio de la leche ha pasado de $1.073 (litro) en enero de este año a $1.163 en la actualidad. Ha subido $90 por la escasez ya que no hay pastos.

En cuanto al precio de la carne, no se ha notado una subida exagerada debido la baja en el valor por la pérdida del estatus sanitario durante el año pasado. Sin embargo, ya está repuntando.

“La mitigación del verano en este momento no es suficiente para que el sector se recupere”, afirmó José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán.

IMG-20151009-WA0016 - copiaValledupar, 26 de septiembre de 2019.-  A pesar que las condiciones climáticas están cambiando en el territorio nacional en los últimos días, el verano inclemente por el que pasaron algunas zonas ha traído como consecuencia la disminución de la oferta de leche y carne y el incremento de los precios.

Así lo afirmó José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán), quien recordó que el clima sí ha venido afectando la oferta de animales y leche.

“De acuerdo con la Unidad de Seguimiento de Precios de la Leche (USP), este año empezó en $1.073 el litro (enero) y hoy día se está pagando a $1.163, ha subido $90 en lo que va corrido de 2019.

¿Por qué se da esto? Porque no hay leche, no hay pastos y escasean las lluvias en las diferentes regiones del país”, añadió.

Precio de la carne

Explicó que en animales vivos también viene afectándose el precio porque hay un verano largo que especialmente ha pegado en las regiones Andina y Caribe. No se ha notado una subida exagerada en el precio por una baja en el valor debido a la pérdida del estatus sanitario como consecuencia de los brotes de fiebre aftosa el año pasado.

“Esas circunstancias conllevaron a que cayera el precio. Sin embargo, el valor de la carne de vacuno ha empezado a repuntar. Lo que puede ocurrir es que en octubre, noviembre y diciembre, si las lluvias son suficientes, tal vez se mitigue el problema de la alimentación de los animales”, anotó.

Pese a esa expectativa, el dirigente dejó entrever su preocupación por la cantidad de precipitaciones, ya que de no ser suficientes, sería complicado recuperar los pastos en enero, febrero y marzo, que es la temporada seca del próximo año.

Afirmó que históricamente en tres meses no se recuperan las praderas. “Entonces probablemente vamos a tener una tendencia alcista, no sé de cuánto, pero todo dependerá de benevolencia del clima”.

Recuperación de praderas

El dirigente gremial fue enfático en decir que es necesario pensar en el verano de comienzos del próximo año en donde puede que no se recuperen las praderas que necesitan los animales. “Hay que considerar un plan de suplementación bovina para 2020. Esto para que el próximo año no empiece con tendencias alcistas de carne y leche que terminarían pegándole al consumidor”.

“El verano en este momento se está mitigando un poco pero no es suficiente para que el sector se recupere. Hay que estar atentos y no esperar a ver qué pasa con el clima, tengamos un plan B que es el programa de suplementación bovina que debería estar diseñando el Gobierno nacional”, analizó.

Sobre el sacrificio de vacunos, Lafaurie Rivera indicó que este año “hemos tenido, de enero a julio, un 1,9 por ciento menos de sacrificio formal de vacunos. Nos afecta la clandestinidad en el beneficio, contrabando y la oferta de animales que ha disminuido por las condiciones climáticas”.

Bajonazo en el sacrificio

Santiago Turizo, representante legal de Frigorífico del Sinú SA, sostuvo que la compañía había logrado un pico de sacrificio de ganado anual de entre 10 mil y 12 mil reses. Hoy, están faenando anualmente entre 6.000 a 8.500 semovientes, una disminución que se debe en gran medida a la informalidad.

La contracción en la dinámica de beneficio de bovinos en Frigosinú tiene varios orígenes. El alto ejecutivo explicó que uno es el precio del ganado de los meses de julio hacia atrás; otro es el bajo consumo de proteína de origen bovino debido a los ataques de animalistas y ambientalistas contra el consumo de carne de res; y la reducción del faenado formal.

“Hemos hablado con las instituciones sobre la disminución del sacrificio formal. El aumento del beneficio informal es el que le está pegando más duro al faenado de las plantas que cumplimos con el Decreto 1500”, dijo.

“El Decreto 1500 de 2007 que creó el Sistema Oficial de Inspección, Vigilancia y Control de la Carne, Productos Cárnicos Comestibles y Derivados Cárnicos destinados para el consumo humano, también estableció los requisitos sanitarios y de inocuidad que se deben cumplir en su producción primaria, beneficio, desposte, desprese, procesamiento, almacenamiento, transporte, comercialización, expendio, importación o exportación”, puntualizó.

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