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Colombia: “No tenemos un sistema electoral fiable”. Por: Eduardo Mackenzie

Las explosivas declaraciones del abogado Sergio Alzate, director de Colombia Transparente (CT), sobre el enorme potencial de fraude electoral que existe si no hay, antes del 19 de junio próximo, un examen riguroso e independiente del código fuente o software vendido por Indra a la Registraduría Nacional del Estado Civil, no han sido repercutidas por la prensa.

Sin embargo, lo que explica el director de Colombia Transparente, en la excelente entrevista que condujo el ex ministro Fernando Londoño Hoyos, director del programa radial La Hora de la Verdad (1),  es de importancia capital. Alzate señala punto por punto en qué consisten las anomalías que están ocurriendo en la Registradora y, además,  las vulnerabilidades objetivas del sistema que se supone hará el escrutinio de la segunda vuelta de la elección presidencial.

Sergio Alzate acusa al registrador Alexander Vega Rocha de haberle mentido varias veces al país y describe, con cifras y otros detalles, los mecanismos que pueden ser utilizados contra la pureza del sufragio del 19 de junio.

1.- La Registraduría no ha contratado todavía a ninguna empresa para que realice la llamada “auditoria” independiente del código fuente del sistema de conteo definitivo de votos.

  1. La Registraduría no hizo el recuento de los votos de la elección para el Congreso que pedían los partidos.
  2. La Registraduría no ha aclarado lo de los 600.000 votos adicionales y ulterioresen beneficio del Pacto Histórico, de Gustavo Petro.
  3. El gobierno fue diligente en la creación de la partida presupuestal para pagar la auditoria del código fuente de la Registraduría.

El dirigente de Colombia Transparente evocó otros hechos que crean en Colombia una inmensa preocupación:

a.- Hay 1.100 demandas  contra los escrutinios del 13 de marzo pasado, de todos los partidos políticos.

b.- Hay reclamos por lo ocurrido en 70.000 mesas de votación (el 63% de las mesas del país) “por inconsistencias entre los documentos electorales  y la información que provee el sistema”, precisó Alzate.

Sobre lo que él llama las “vulnerabilidades cuantitativas” del sistema electoral, señaló:

1.- Hay un millón setecientos mil cedulas de personas fallecidas que no han sido retiradas del censo electoral. Hay 460.000 cédulas de ciudadanía que no han sido reclamadas. Hay 300.000 colombianos a quienes les cambiaron arbitrariamente su sitio de votación. Fuera de eso, hemos visto que  640.000 jurados de votación estuvieron habilitados para que pudieran votar dos veces. Esos nombres de jurados no han sido depurados del sistema.

2.- Estos cuatro factores, que suman cerca de tres millones de votos, constituyen, según Sergio Alzate, “una cantera grandísima para un eventual fraude electoral, que pueden definir la segunda vuelta presidencial” el 19 de junio.

Todas las encuestas indican que, en la segunda vuelta, Gustavo Petro podría tener 9 millones 100.000 votos y que Rodolfo Hernández podría tener 9 millones 800.000 votos. La alteración o reversión de esa relación de votos puede salir de esa “cantera de votos” de casi tres millones, mediante un sistema de escrutinios que no ha sido examinado ni auditado.

El riesgo de fraude electoral es, pues, altísimo.

3.- “Tenemos identificadas 18.000 mesas de votación que tienen una sobre-participación atípica, extraordinaria. Hubo mesas donde 600 personas fueron teóricamente a votar”, declaró el director de CT. En un país como Colombia que tiene una jornada electoral de sólo ocho horas –de 8 am a 4 de la tarde—y donde cada elector toma entre cinco y seis minutos para votar, es imposible tramitar el voto de 600 personas en 480 minutos por mesa.

Es decir,  en esas mesas, según Alzate, “pudo haber una sobrefacturación de participación ciudadana” y puede ser “un fraude que tiene el sistema, pues físicamente es imposible que un jurado de mesa atienda 600 votantes en un día electoral”.

Ese fenómeno fue observado por Colombia Transparente sobretodo en mesas donde deben ir a votar adultos mayores. “Eso nos está llevando a creer que allí es donde están haciendo votar a los muertos”.

Otro grupo de anomalías reseñado por CT es etiquetado por Alzate como “vulnerabilidades cualitativas” del sistema actual de la Registraduría.

Él se refiere al voto en blanco, que la Registraduría está calculando en 1.800.000 votos, “los cuales también pueden ser movilizados o dirigidos, como ocurrió en las legislativas pasadas, para favorecer al Pacto Histórico, hacia el candidato que Colombia no quiere, como fue denunciado por el representante John Jairo Berrío, de Antioquia”. Esta vez puede pasar igual, estima Sergio Alzate.

Al final de la entrevista, el abogado Alzate llama la atención sobre una serie de detalles técnicos, no muy comprensibles para los no iniciados,  que contribuyen a reducir  la fiabilidad del sistema de escrutinio de la Registraduría:

a.-  “Al sistema le bajaron los estándares de seguridad: tenemos una SIR de 3 cuando debería ser de 4 o 5”. La SIR es el programa que evita que pueda haber una penetración ilegal del sistema o hackeo desde el exterior.

b.- “Tenemos un TLS que transporta las informaciones [la data]  de manera segura en el sistema, que es de sólo 1.0 cuando debería ser de 1.3”.

c.- “El sistema fue fraccionado en varias etapas y en cada etapa pueden haber vulnerabilidades al migrar información de una etapa a otra. El código puede tener una alerta, una programación especial, que se dispare el día de elecciones. Se pueden hacer pruebas antes de elecciones y siempre va a funcionar bien el sistema”.  Y preguntó: “¿Por qué aparecen datos distintos siempre después de elecciones?”  Su respuesta es: porque el sistema es vulnerable.

“El sistema puede tener unas órdenes especiales que activen datos diferentes, que por ejemplo por cada millón de votos de un candidato se le transfieran 200.000 al otro”, o que “salgan de la cantera de votos 500.000 votos adicionales y se aplique un 10%  de manera transversal a otro. Así se ha hecho en Venezuela.”

“En Venezuela tienen un disparador de 10% de datos que redistribuyen en favor de los candidatos del régimen. Todo eso se puede dar en la programación, en el código fuente. Allí es donde se puede hacer el fraude moderno, el fraude que nos pueden hacer en estas elecciones.” “Y después no podremos sino sentarnos a llorar”.

¿Por qué la Registraduría no tiene en cuenta lo que hizo ese sistema de voto electrónico en Venezuela durante varios años?

La conclusión de Colombia Transparente y de su director es: “El registrador engañó al país de manera sistemática y continuada y hoy no tenemos certeza de cuáles son los códigos y las programaciones y las vulnerabilidades del sistema pues no hubo auditoría del código fuente. Hay un riesgo de gran fraude.”

Los partidos deberían estudiar bien esta temática decisiva y exigir la auditoría independiente del software de Indra antes del 19 de junio, a pesar del empeño que pone Alexander Vega para que esa operación no  sea realizada. La suerte de los partidos, de los electores y de Colombia depende de la sinceridad de los votos del 19 de junio próximo.

Gracias sean dadas al grupo de investigadores que dirige el abogado Sergio Alzate por la indeclinable voluntad de todos ellos de exponer esta situación a la luz de los hechos electorales más recientes.

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