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Amamantados con veneno. Por: María Patricia Ariza- Velasco

Por las maravillas de las redes sociales usadas positivamente, no para derramar odios o sembrar de diatribas con propósitos no precisamente de solidaridad y cumplir agendas internacionales debidamente planificadas, se escucha una tonada llamada “Nuestra Herencia”, cantada por su compositora María Isabel Saavedra. Quizá, refleja el pensamiento de muchos colombianos, de los que trabajan diariamente,  no han nacido con cuchara de plata, ni esperan  les regalen nada,  no son proclives al dinero fácil, mucho menos a la pereza, tampoco a los discursos incoherentes, pero no por ello eluden la realidad de los errores heredados y los cometidos, no solo por el actual Ejecutivo Nacional, también por las otras ramas del poder en cualquiera de sus órdenes estructurales, los Órganos de Control y la misma sociedad civil. La canción, identifica un país que ha experimentado toda suerte de malas rachas, pero tiene el poder de la resistencia que, como el ave fénix, renace una y otra vez de sus propias cenizas. Dice una parte: “De la noche a la mañana, nos cambiaron el libreto, y entre sombras se tejieron hilos de sangre y veneno, y la tierra nuestra herencia, de sus hijos tiene miedo, de que la venda algún día, un aprendiz de caudillo con disfraz de culebrero”.

Estas últimas semanas, los resultados demasiado adversos, para un país polarizado donde solo un sector cree que los derechos humanos son de su exclusividad y arrasa sin ninguna consideración con los derechos legítimos de los otros, por eso y desde hace tiempo ese discurso ha sido desprestigiado y el otro sector lo rechaza, con la creencia de su rotulación inherente solo a la izquierda, que exige su aplicación junto con el DIH, para unos y no para otros, que pretende que las Fuerza Pública se arrodille, porque algunos de sus hombres o mujeres no han sido fieles a sus juramentos y por ello se desconozca su origen constitucional, por tanto, el resto de los integrantes de la institución, aquellos que trabajan a sol y sombra, aspiran se dejen llevar como víctimas propicias al matadero, negándoles incluso el derecho de defensa ante agresiones desproporcionadas. Se trabaja en esta agenda, para favorecer los intereses mezquinos de un grupo, acabar moralmente con el discurso demagógico y anacrónico, además con ataques físicos aleves y directos a la Policía Nacional, usando diferentes modos, los que pasamos por alto, como asaltos a las instalaciones y personal en los comandos, Escuelas de Formación de Oficiales y Suboficiales, planes pistola, que a veces informan los medios, pero que pasan como notas sin importancia, doliendo solo a la institución y a sus familias. Formas propias de la multicriminalidad se han evidenciado.

Acá en la Colombia macondiana no se ha producido la inmunidad de rebaño que se espera de la vacuna experimental, en tanto que, si, existe un rebaño definido de zombis, que ha cumplido las órdenes llenas de mensajes abiertos y soterrados del infame encargado de desplegar con sus camaradas, la agenda internacional trazada en los Foros de Sao Paulo y Puebla, de la cual ha recibido instrucciones en Cuba y Venezuela, que a su vez cumplen el libreto ruso e iraní, lo cual es presumible. ¡Qué tal esa incoherencia!, siempre señalando los “imperios”, pero sometiéndose y queriendo vender de alguna manera el país a otros imperios físicos e ideológicos. Porque a instancias de esos foros, justamente se comprometió el señor de las bolsas, y sus secuaces a ceder nuestro país a los intereses foráneos, demostrando una vez más la incongruencia y las mentiras que lo “adornan” moralmente. Así el señor de las bolsas no se encuentre en territorio nacional desde hace un par de meses, no significa que su poder de influencia negativa se logra, merced a las tecnologías, porq            ue el susodicho anda por Europa, de hecho, se reunió con el mamertísimo Iglesias en España y esperaba celebrar juntos el triunfo “arrasador” en la Comunidad Autónoma de Madrid. La palera en las urnas fue contundente y mensaje para el resto del país. Al igual que en Ecuador,  el embajador del caos quedó con los crespos hechos en el escaso cabello que le queda.

Esta escalada terrorista que estamos viviendo hace varias semanas, con expresiones de máximo salvajismo no es para nada espontánea, ha sido perfectamente planificada, cumple un libreto, que debía ejecutarse hace un año, pero el inicio de la pandemia lo frenó. No se puede sufrir amnesia y olvidar que el pirómano colombiano, el neroncito criollo de ojos toteados, se encontraba en la Habana, con los líderes del “estallido social” chileno y lanzó el SOS para ser rescatado en vuelo humanitario, hace poco más de un año, por el cierre de los vuelos internacionales.  Esa planificación debió significar muchísimo dinero, de origen previsible también para quien ejercite las neuronas, pues se requirió para el entrenamiento de individuos que están cumpliendo las tareas asignadas, organizados en células, que no se conocen entre sí. Lo advirtió en muchos espacios académicos y televisivos el historiador chileno Alexis López Tapias, al analizar el fenómeno de la revolución molecular disipada, que se encuentra disponible en diferentes intervenciones en youtube, hace poco más de un año. Experimenté discusión sobre el tema, el pasado año 2020, también con estudiantes de maestría, algunos escépticos de que eso fuera cierto y sucediera en Colombia, casi considerando que era una entelequia el fenómeno de tal  revolución. El tiempo pasó y como suele suceder, las advertencias efectuadas oportunamente, casi proféticas, se hicieron realidad.  Tal como López Tapias, otros académicos lo hacen, desde otras latitudes, focalizando su mirada en Colombia, arribando a la misma conclusión.

Una de las formas, para poder concretar el “estallido social”, mantener en calles día y noche hordas de vándalos que se unen a las células entrenadas, es la desinformación que además llega a organismos internacionales, a través de hackers, que trabajan no en Venezuela, ni en Cuba, no, en sitios remotos como en Bangladesh, China y Corea. Lo hacen con cuentas falsas creadas en granjas de hackers o trolls, distribuyendo “fake news”, destruyendo los numerales de las noticias verdaderas en las redes sociales, según un grupo experto en Inteligencia Artificial y Minería de Datos. Obvio la creación de perfiles falsos, requiere de muy buena cantidad de dólares, para servir los intereses político-económicos del neroncito y sus perversos seguidores, a fin de cumplir el libreto, añado “presuntamente”, porque para encausar a las personas que no son sus seguidoras son expertos, abusando de las acciones judiciales y verdaderos técnicos para eludir responsabilidades gracias a la inmunidad lograda en la Rama Judicial. Esto será objeto de análisis en otra columna.

Así pues, la excusa perfecta fue la reforma tributaria como percutora del caos, opinión de muchos expertos. El año pasado pudo ser otra, verbi gratia la muerte de un aspirante a abogado a manos de un par de policías, o cualquier otra razón que caldeara ánimos, para desencadenar el caos que estamos experimentando, pero entonces no surtió el efecto que aspiraban los sombríos personajes. La minga pretendió lo mismo, pero al atacar y destruir la Policía Nacional de manera sorpresiva los cultivos y laboratorios de coca, ubicados en sus territorios, salieron despavoridos a salvar los que quedaban, por lo que tampoco se pudo concretar el plan, pese a que intenten justificar en otras razones. En Chile la excusa fue el alza del valor del pasaje del tren urbano en Santiago, una nimiedad en comparación con el percutor colombiano. El caos enrareció el ambiente pese al retiro del proyecto de reforma tributaria y la dimisión obligada del ministro Carrasquilla, que no apaciguó los ánimos, porque el objetivo no era esta, ni la “cabeza” del mencionado, surgiendo múltiples razones para continuar el desorden.  En algún  video de las redes sociales, una mujer de la horda de zombis, manifiesta que su interés en el desorden, ¡es “que Uribe renuncie”!  ¡Vaya!.  Muestra la magnitud de la ignorancia de muchos, de la cual se valen los ideólogos y sembradores de odios tan reconocidos en Colombia, quienes fueron amamantados con el veneno más letal. Será por eso, ¿que siempre reflejan en sus rostros el rictus del odio y solo sonríen al ver incendiado el país o al recibir dineros de dudoso origen?  Si, aprovechan con sus áulicos al pueblo ignorante, una generación irresponsable para expandir el odio en el ADN y lograr el objetivo del poder que les ha sido esquivo y fieles por primera vez a su palabra, por la derrota electoral, anunciaron y mantienen el desorden.

No existe recato frente al principio universal de distinción de las misiones médicas, pues 126 han sido atacadas, según informa el Minsalud el 6 de mayo; en esta nefasta temporada, conocemos de muertes de pacientes en condiciones críticas,  personal médico y paramédico colocados en peligro inminente y directamente lesionados,  vehículos averiados y sin dejar de advertir no permiten el transporte de oxígeno y medicamentos, lo que ha motivado a médicos llamar en auxilio recurrente desde varias ciudades.

El nivel de sevicia se refina al intentar asar vivos a patrulleros de la Policía Nacional, siguiendo la experiencia del holocausto del Palacio de Justicia, asediados por turba voluminosa o apuñalando y golpeando inmisericordemente al capitán Solano de la Policía Nacional, también rodeado y atacado por una proporción de individuos que lo dejó en condiciones de inferioridad, según pruebas de la Fiscalía en la audiencia de control de garantías de los sujetos capturados, gracias a los videos logrados en el sitio. Uno de los capturados, previamente identificado, es “un promotor social”.

Colombia no es perfecta, por el contrario, con muchos problemas y dificultades. Se ubica actualmente en el primer lugar del deshonroso ranking de la corrupción a nivel mundial, gracias a un país que cayó en manos de la abyecta costumbre entronizada por el narcotráfico, del dinero fácil, ese que se logra como sea y en tiempo récord; el mismo que compra conciencias, poder social, político y económico; ese facilismo atribuible no solo a los comportamientos de los servidores públicos, también los particulares. Daño que cosecha consecuencias, desde hace años, ante la vista ciega y oídos sordos, emergiendo una generación nueva, irresponsable, irrespetuosa, perezosa, que no estudia y lo poco ni siquiera cumple con los mínimos de formación personal, generación con poca o ninguna inclinación a la lectura. A ello se suma la falta de amor por lo propio, añorando experimentos políticos que han demostrado ser un fracaso en toda Latinoamérica. Se le añade, una educación que no cumple con los estándares internacionales, ubicándonos en niveles internacionales de baja calidad, causado por un círculo vicioso Estado-maestros o profesores. Sobre todo, la falta de conciencia en cuanto a que somos una sociedad muy enferma que, hasta tanto no lo reconozca, así como ocurre con los adictos, no encontrará la solución o remedio para las enfermedades que padece.

Pero hay otros problemas añejos, como la falta de control territorial, pues tenemos muchas republiquetas dentro del territorio nacional,  vedadas, donde se caldean insidias, delitos y, donde el Estado no puede hacer presencia, para beneficios personales en desmedro de los verdaderos intereses de las comunidades. De esto se ha tomado nota frecuentemente, pero no se ha solucionado. De hecho, en algunas ciudades del país, lo que represente instituciones estatales, tienen prohibida su presencia.

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