Todos queremos lo mejor para nuestra ciudad región, pero lo cierto es que no es posible inventarse un proyecto de transporte masivo para nuestra urbe, como complemento del TRANSMETRO sin haber terminado este. O decirlo de otra manera, hoy no se ha evaluado y asegurado la viabilidad financiera y sostenibilidad de funcionamiento del transporte masivo TRANSMETRO, para mejorar la calidad de vida de los usuarios; de la misma manera, se está estructurando otro negocio del transporte a puertas cerradas, donde los altos funcionarios del orden Distrital y nacional, expresan que su diseño y viabilidad hacen parte de la reserva del sumario, como si se tratara de un proceso judicial en las épocas de los jueces sin rostro; sin embargo, cuando lo quieran presentar, ya es una imposición donde ninguno de los sectores sociales, academias, comunales, gremios, expertos en transporte, propietarios de empresas de transporte público, concejo, asamblea, congresistas, entre otros, puedan expresar su concepto y opinión referente a un proyecto de alta envergadura, como es la movilidad en nuestra ciudad y su área metropolitana, que cada día exige de políticas públicas serias y concretas a través de funcionarios competentes y visionarios de la calidad de vida, lo necesario que se le debe brindar a los ciudadanos desde la movilidad en cualquier punto de la ciudad desde su partida y retorno en comodidad y tiempo.
En consecuencia, es digno recordar que en nuestra ciudad se repite con el METRO LIGERO, la historia del TRANSMETRO, donde fue diseñado y construido desde el centralismo cachaco y por una empresa española, como lo fue Bocarejo, la cual desconocía nuestro contexto social y ambiental, y solo se conoció el proyecto en el 2002, desde el concejo de Barranquilla, donde se desconocía por parte de los consultores españoles, la existencia de arroyos en nuestra urbe. Y de esta manera fue impuesto en nuestra ciudad, con la complicidad de autoridades y operadores nativos para la concesiones de recaudo en manos de los Nules y los constructores de los portales de Barranquillita y Soledad (estaciones, parqueadero y patio taller), los cuales reciben dinero desde su funcionamiento (7 de abril de 2010), y no terminan su construcción, al parecer con los mismos recursos del recaudo por 20 años de concesión, se están construyendo las obras, tal como ocurre normalmente en nuestras ciudad. De la misma manera, el sistema está quebrado, por más de 200 mil millones de pesos, decenas de buses dañados y en mal estado, tal como lo denuncie desde mi curul de concejal, sin que existiera ente de control que se apersonara de esta situación; de la misma manera ocurre en campo alegre, donde los barranquilleros estamos pagando lo causado por la constructora Alejandro Char, cerca de 30 mil millones en arriendo.
Creo no equivocarme, que es un trauma y perjuicio a la ciudad y su área metropolitana, imponer un proyecto de tanta sensibilidad social-económico y que afectaría a muchos empresarios del transporte y la vida económica de los ciudadanos Atlanticenses que dependen de la calle 30, y al parecer con la desaparición de los Mercados Mogola y Playón, lo cual sería un atropello más a los vendedores de nuestro abandonado mercado público.
En conclusión, este es un proyecto complementario de TRANSMETRO, según las autoridades Metropolitana, debe ser socializado con la ciudad y posibles afectados como lo es gremio de transportadores, comerciantes de la calle 30 y mercados; teniendo en cuenta, la ruina y pobreza que hoy se encuentran un gran número de transportadores y comerciantes de la calle murillo y Olaya Herrera, situación que ha traído la muerte comercial y desvalorización de predios , sin que nadie responda por estas actuaciones administrativas.
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